martes, 18 de mayo de 2010

La Alquimia

La alquimia en la Europa medieval


La alquimia fue bastante fácilmente aceptada por la filosofía cristiana y los alquimistas medievales europeos.
La alquimia en esta época era autorizada por la iglesia como un buen método de explorar y desarrollar la teología. La alquimia era interesante para la amplia variedad de clérigos porque ofrecía una visión racionalista del universo donde los hombres apenas estaban empezando a aprender sobre el racionalismo.





Los alquimistas practicaban su arte: experimentaban activamente con sustancias químicas y hacían observaciones y teorías sobre cómo funcionaba el universo. Toda su filosofía giraba en torno a su creencia en que el alma del hombre estaba dividida dentro de él tras la caída de Adán.
Pedro Abelardo preparo cimientos para la aceptación del pensamiento aristotélico antes de que las primeras obras de Aristóteles alcanzasen Occidente. Su principal influencia en la alquimia fue su creencia en que los universales platónicos no tenían una existencia separada fuera de la consciencia del hombre
Alberto Magno (1193–1280) y Tomás de Aquino (1225–1274) fueron dos dominicos que estudiaron a Aristóteles y trabajaron en la reconciliación de las diferencias entre la filosofía y el cristianismo. Ambos estuvieron entre los primeros en emprender el examen de la teoría alquímica y ellos mismos podrían ser considerados alquimistas, excepto por el hecho de que hicieron poco en cuanto a la experimentación.
El primer alquimista auténtico en la Europa medieval fue Roger Bacon. Su obra supuso tanto para la alquimia como la de Robert Boyle para la química y la de Galileo Galilei para la astronomía y la física. A Roger Bacon también se le ha atribuido el inicio de la búsqueda de la piedra filosofal y del elixir de la vida: «Esa medicina que eliminará todas las impurezas y corrupciones de los metales menores también, en opinión de los sabios, quitará tanto de la corruptibilidad del cuerpo que la vida humana podrá ser prolongada durante muchos siglos.»
El papa Juan XXII publicó en el año 1317 un edicto contra la alquimia (Spondet quas non exhibent), que efectivamente retiró a todos los miembros de la iglesia de la práctica del arte.

Nicolas Flamel:
vivió entre 1330 y 1417. todo su interés por el arte giraba en torno a la búsqueda de la piedra filosofal, que se dice que halló.
Durante la baja Edad Media (1300–1500) los alquimistas fueron muy parecidos a Flamel: se concentraron en la búsqueda de la piedra filosofal y el elixir de la juventud, que ahora se creía que eran cosas separadas. Sus alusiones crípticas y su simbolismo llevaron a grandes variaciones en la interpretación del arte. Por ejemplo, muchos alquimistas durante este periodo interpretaban que La purificación del alma significaba la transmutación del plomo en oro (en la que creían que el mercurio desempeñaba un papel crucial). Estos hombres eran considerados magos y hechiceros por muchos y fueron con frecuencia perseguidos por sus prácticas.
Flamel, hizo bastante por cambiar la alquimia de una filosofía mística a una magia ocultista. Mantuvo vivas las filosofías de alquimistas anteriores, incluyendo la ciencia experimental, la numerología, y más, pero añadió la teoría mágica, lo que reforzó la idea de la alquimia como creencia ocultista.



Las brujas del medioevo




Una bruja es un ser humano -por lo general una mujer, pero a veces también un hombre e incluso un niño- que se ha entregado al Diablo por medio de un pacto o contrato, para servirle o asistirle.
La bruja, pues, es un individuo que:
1) Practica maleficium,es decir, que hace daño por medios ocultos.
2) Se ha entregado al Diablo, pasando a ser su sirviente.
3) Es de por sí un ser monstruoso que vuela por los aires de noche, con propósitos malignos tales como devorar niños recién nacidos, y que se asocia con sus semejantes en sitios salvajes y desolados.
4) Es miembro de una sociedad o secta que celebra periódicamente reuniones, llamadas sabbats o aquelarres, donde se parodia sistemáticamente a la religión cristiana y se adora al Diablo, quien a su vez mantenía relaciones sexuales con sus adeptos humanos.
Las brujas adoraban al Diablo, al cual consideraban como un dios, su Dios. En los sabaths o aquelarres, se arrodillaban ante el Diablo y le decían: "Os reconocemos como nuestro señor, nuestro Dios y nuestro Creador."
El Diablo les aparecía por primera vez a la futura bruja en un momento de desesperación, de desamparo o de profunda soledad o desconsuelo de ésta. La nueva bruja debe, formal e irrevocablemente, renunciar a Dios, a Cristo, a la religión cristiana y ponerse en cambio al servicio de Satanás, quien deja su marca en ella: a menudo con las uñas o garras de su mano izquierda y en el lado izquierdo del cuerpo.
las brujas se agrupaban en sociedades secretas, debía pasar un ritual, tenía dos partes aceptar al Diablo de propia voluntad, no obligados por nadie, y que se entreguen en cuerpo y alma. Asimismo debían renegar de Dios, de Jesucristo y de sus santos. Una vez admitidas, el Diablo les hacía una marca rasgándoles en una parte del cuerpo con las garras o con los dientes. Allí se formaba una marca azulada, con la forma de pata de liebre o de rata. Por último, firmaban con el Diablo un pacto o contrato con sangre


El sabbat o aquelarre:
Cuando la reunión nocturna de brujas era a nivel local, se llamaba esbat. Era un sabbat cuando se reunían brujos y brujas de lugares lejanos.
Los esbat eran reuniones ordinarias que se realizaban por lo general los viernes, en los que participaban solamente las brujas de una determinada localidad.
Los sabbats eran reuniones ecuménicas celebradas con gran ceremonia tres o cuatro veces al año, en los que participaban brujas de todas las regiones.
El sabbat tenía una finalidad religiosa, la de adorar al Diablo, y en ella las brujas llevaban niños recién nacidos y los devoraban arrancándoles las entrañas tras entregar su sangre al Diablo, que se sentaba en un trono. Además se hacían danzas alrededor de una fogata, durante las cuales a veces se transformaban en animales.
Durante la celebración se presentaban al Diablo las brujas que estaban en falta o pecado, y le confesaban sus delitos: ir a misa, faltar a sabbats, no haber hecho suficientes maleficia, y eran castigadas siendo azotadas terriblemente.
El Diablo pronunciaba un sermón incitándoles al mal. Se parodiaba la Eucaristía repartiendo a las brujas y brujos una hostia negra y dura, y con un vino que parecía agua de alcantarilla. Finalmente cerraba el sabbat y enviaba a los participantes a sus casas, con instrucciones de realizar todos los maleficia concebibles contra sus vecinos cristianos.
El esbat se hacía con una finalidad práctica. En él no estaba presente el Diablo, y las brujas y brujos lo hacían para cumplir algún encargo de un cliente (como hacer maleficium sobre alguien, arruinar una cosecha, etc).
El maleficium:
El maleficium o maleficio era el poder sobrenatural que el Diablo concedía a la bruja a cambio de servirla y de obrar siempre el mal. Este maleficio solía causar la muerte por medio de una grave enfermedad.
Maleficios de las brujas:
Causar la muerte o la enfermedad.
Causar impotencia en los hombres o esterilidad o abortos en las mujeres.
Atraer tormentas.
Provocar pestes y otras epidemias.
Además, las brujas ejercían poderes adivinatorios respecto a asuntos como saber si una persona está embrujada.
Podían transformarse en animal (cabra, conejo, perro, caballo, etc).
Reacción de la sociedad medieval:
Esto podía ocurrir sobre todo en aldeas, etc, donde la autoridad central no es fuerte.
Donde hay fuerte autoridad, es ella quien se encarga de juzgar a la bruja o brujo, y condenar bien a pagar indemnización, bien ejecutándola.
La gente solía encontrar la explicación a algún desastre inexplicable o imprevisible en un maleficium. Por ello en épocas de crisis se acusaba y quemaba a muchas personas acusadas de brujería.

INQUISICIÓN

El término Inquisición hace referencia a varias instituciones dedicadas a la supresión de la herejía en el seno de la Iglesia Católica. La Inquisición medieval, de la que derivan todas las demás, fue fundada en1184 en la zona de Languedoc (en el sur de Francia) para combatir la herejía de los cátaroso albigenses, que en 1249, se implantó también en el reino de Aragón (fue la primera Inquisición estatal) y que en la Edad Moderna, con la unión de Aragón con Castilla, fue extendida a ésta con el nombre de Inquisición española (1478 - 1821), bajo control directo de la monarquía hispánica, cuyo ámbito de acción se extendió después a América; la Inquisición portuguesa (1536 - 1821) y la Inquisición romana (1542 - 1965). Aunque en los países de mayoría protestante también hubo persecuciones, en este caso contra católicos, contra reformadores radicales como los anabaptistas y contra supuestos practicantes de brujería, los tribunales se constituían en el marco del poder real o local, generalmente ad-hoc para cada caso concreto, y no constituyeron una institución específica.

Historia

Cuando el emperador Constantino adoptó el cristianismo como religión oficial del Imperio Romano, en el año 313, aparecieron formas de depurar a sus miembros, apareciendo la excomunión como práctica común, o sea, expulsar del seno de la iglesia a aquellos considerados indignos por contradecir los postulados cristianos.
Con el término inquisición, derivado del latín, inquire (averiguar o sacar a la luz) se designó a distintas instituciones nacidas con el fin de luchar contra la herejía, o sea, aquellas creencias que se contraponen con lo enseñado por la iglesia católica. Se trata de persecución contra cristianos que se oponen a lo dispuesto por la Santa Iglesia

En la Edad Media, surgió la raíz de esta serie de programas ortodoxos, para combatir a quienes desconocieran la única verdad, rebelada en las Sagradas Escrituras, en el sur de Francia, en el año 1184, por una bula papal correspondiente a Lucio III, llamada “Ad abolendam” dirigiéndose contra los cátaros, secta religiosa cristiana, que bregaba por la pureza de costumbres y criticaba las de la Iglesia, y la jerarquía eclesiástica, teniendo como su libro supremo el Evangelio de San Juan. Consideraban una visión dual del mundo, con la existencia contrapuesta del bien y el mal. Lo material representaba el mal y la salvación vendría de la mano de Cristo.
Por dicha bula, se instauró la Inquisición episcopal, donde, en cada diócesis, los obispos se hallaban conminados a terminar con la herejía, juzgando y condenando a los culpables, estando el castigo físico de los reos a cargo de laicos, pero generalmente consistente en penas menores, como rezos o ayunos.
En el año 1215, el Papa Inocencio III, convocó el Concilio IV de Letrán que esbozó la Inquisición pontificia.
En el año 1229, se creó el tribunal de la Inquisición, decidido por el concilio de Toulouse.
En el año 1231, la Inquisición episcopal fue reemplazada definitivamente por la pontificia, por la bula “Excommunicamus”, del Papa Gregorio IX, por la cual encargaba el control de los herejes a la orden de los Dominicos, siendo el primer inquisidor Domingo de Guzmán, pero bajo la supervisión papal, estableciéndose en el sur de Francia, en el norte de Italia y en el reino de Aragón.
Aquellos que confesaran ser herejes espontáneamente recibían una pena menor, de lo contrario se habría un proceso, donde eran obligados a responder por los cargos imputados (no regía el principio adoptado por las modernas constituciones: “Nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo”). Dos testigos eran suficientes para avalar una sentencia condenatoria, que en general era la muerte en la hoguera.
El proceso era dirigido por dos Inquisidores, asesorados por un Consejo de clérigos y laicos.
El uso de tortura en los procesos de herejía fue autorizada por la bula “Ad extirpanda” del Papa Inocencio IV, pero sin poner en peligro la vida de los acusados. Los reincidentes eran condenados a muerte.
En 1484, Inocencio VIII condenó oficialmente la brujería por medio de la bula “Summis desideratis affectibus”.
Encontramos a partir de este antecedente otras manifestaciones con el mismo o semejante propósito, de establecer una única fe verdadera:
En el año 1542, fue establecido en Roma el Santo Oficio o Congregación de la Inquisición, para detener el avance del protestantismo, sobre todo mediante el control del contenido de publicaciones o libros.
El período de mayor represión comenzó en 1555, cuando asumió el Papa Pablo IV, donde la persecución se orientó incluso hasta los propios miembros de la Iglesia. El “Índice de Libros Prohibidos” dado a conocer en el año 1559, muestra la censura ideológica ejercida desde la órbita papal.
La pretensión de la Iglesia de establecer postulados incuestionables significó el estancamiento de la ciencia y por eso este período es conocido como oscurantismo.
En 1633, en Italia, las teorías de Galileo cayeron bajo la acusación del Santo Oficio, cuestionándose su teoría heliocéntrica, que contradecía la interpretación bíblica de que la Tierra sería el centro del Universo.
En el año 1965, el Santo Oficio fue llamado Congregación para la Doctrina de la Fe, por el papa Paulo VI, ante las numerosas críticas en su contra.
En el año 1478 la corona española creo la Inquisición Española, aplicándose en toda España y en sus colonias americanas, para luchar contra los judíos conversos, que habían sido obligados a adoptar la fe católica, transformándose en cristianos nuevos, pero eran sospechados de practicar su religión en secreto, contra los protestantes y contra otros herejes.
A partir de la bula del papa Inocencio VIII, a quien ya nos hemos referido, comienza la persecución por brujería. Por este cargo la última ejecución data del año 1611, siendo la víctima, la adolescente catalana, Magdalena Duer.
La máxima jerarquía del proceso la ejercía el Consejo de la Suprema, que daba instrucciones a los tribunales, formados por tres inquisidores que desarrollaban el proceso, donde el acusado contaba con un supuesto defensor que lo instruía en detalles procesales.
La primera etapa consistía en la limpieza del alma del hereje, que era obligado a beber líquidos hirvientes.
Las penas se aplicaban sin juicio previo, y los reos eran encerrados en mazmorras, encadenados y en condiciones deplorables de higiene y alimentación, siendo torturados hasta su confesión, para luego ser absueltos en una ínfima minoría de casos, o condenados a penas menores, o transferido a tribunales ordinarios para ejecutar su condena a muerte. Los gastos que ocasionaba el “procedimiento”, era abonado por el propio reo o sus parientes.
Hasta 1640 su actividad fue ínfima, teniendo un período de apogeo persecutorio a partir de ese año, que se extendió por dos décadas. Fue abolida en 1834.
En Portugal, los judíos que no adoptaron la fe cristiana fueron expulsados en 1497, pero para los conversos, ante la posibilidad de prácticas ocultas de su antigua fe, en el año 1536, se estableció la Inquisición en Portugal, bajo la autoridad papal, para pasar a depender directamente de la Corona, tres años más tarde, originando cuestionamientos entre iglesia y estado que se resolvieron en 1547, cuando el Papa aceptó la autoridad estatal en el tema. Fue abolida en 1821.


Metodos de tortura

Método de la cabra: Se ponían las piernas del reo en un cepo, para inmovilizarlo totalmente, y a continuación se le ntaban los pies con grasa o sal. A continuación dejaban entrar a una cabra para que comenzara a lamer con fuerza y con la aspereza de su lengua levantaba la piel de los pies del reo, provocando un terrible dolor.

Método de la rata: En esta tortura, se colocaba sobre la barriga del reo una jaula abierta por su base. En su interior se encontraba una rata que venía a ser molestada por los torturadores con fuego. La rata, con el ansia de huir terminaba excavando un túnel en las entrañas del reo.

Método gota a gota: Era una tortura larga, en la que el torturador no tenía prisa ninguna y lo único que tenía que hacer, era esperar a que la víctima se viniera abajo. Consistía en amarrar al reo a un poste o a la pared, atarlo fuertemente de pies, manos, cuello y frente; colocándose la cabeza debajo de un caño o grifo que dejaba derramar una gota a un ritmo continuado. Esto provocaba un estado de locura además de terminar erosionando el hueso del cráneo hasta producir la muerte.

Método del agua: Se obligaba al reo a ingerir la mayor cantidad de agua posible, ayudándose el torturador, de un embudo que se le colocaba en la boca. En estas espantosas sesiones se les hacía tragar aproximadamente unos diez litros de agua, provocando un terrible sensación de ahogo que en la mayoría de ocasiones acababa con la explosión del estómago.






Método de la toca: Fue muy utilizado por la Inquisición española de los siglos XV y XVI. La toca era una tela blanca de lino o seda que se introducía en la boca del reo, intentado que incluso llegara hasta la tráquea, y posteriormente se vertía agua sobre ella, que al empaparse, provocaba en el reo una sensación de ahogo e innumerables arcadas.

Método de Fálaris: Consistía en meter a los herejes dentro de una esfinge de bronce o hierro con forma de toro, quemándolos vivos. Esto divertía especialmente a los espectadores, ya que los alaridos de las víctimas se podían escuchar a través de la boca del toro, asemejándose a los mugidos de dicho animal.

Método de la Cuna de Judas: Se ataba al reo de las muñecas y los tobillos y se elevaba mediante un sistema de poleas para dejarlo caer sobre una pirámide muy puntiaguda para que con su propio peso se le clavara en el ano, escroto o vagina.


Método del péndulo: Las manos de la víctima eran atados a su espalda y por ellas, era elevado. Al balancearse se producía la luxación de los hombros, codos y muñecas. Era habitual añadir peso adicional atando pesas a los pies del reo.



Método de la garrucha: Consistía en atar al reo con las manos atrás y elevarlo con una cuerda por medio de una polea, de ahí el nombre de garrucha. A la víctima se le colocaban pesos en los pies, para después cuando se encontraba elevado, dejarlo caer de golpe contra el suelo. Esto se repetía varias veces. Al izado, que podía provocar las luxaciones de las articulaciones de hombros, codos y muñecas, hay que sumar las posibles fracturas y magulladuras, en todo el cuerpo y piernas fundamentalmente, que producían las múltiples caídas.

Método del potro: el reo era atado de pies y manos con unas cuerdas o cintas de cuero, a los dos extremos de este aparato, era estirado lentamente produciéndole la luxación de todas las articulaciones -muñecas, tobillos, codos, rodillas, hombros y caderas-. Este método, se tiene constancia que se aplicó durante todo el período que duró la Inquisición en los países de Francia y Alemania; si bien ya se conocía desde mucho antes y por supuesto se utilizaba frecuentemente en las lúgubres mazmorras de castillos, prisiones y palacios de justicia.


Método de la rueda: El reo se ataba desnudo a una rueda, de pies manos y cuello al tiempo que el torturador le rompía poco a poco los huesos de sus miembros, que era el objetivo de esta tortura, pudiendo aderezarla con hierros candentes, cortes, mutilaciones y algunas cosas más, que se le pasara por la imaginación. También era habitual, colocar un miembro de la víctima o todo el cuerpo, entre los radios de la rueda y hacerla girar, quebrantándole los huesos. Como remate se podía dejar al reo atado en la rueda a la intemperie, para que los animales carroñeros se lo fueran comiendo poco a poco. Ha sido uno de los instrumentos de tortura más crueles inventados por el hombre.




Método de aplasta cabezas ó cráneos: Casco finalizado en un torno con una manivela. El casco, a su vez estaba colocado en una estructura metálica que permitía que al girar la manivela, fuera bajando. Pues bien, la víctima se tumbaba boca abajo con la mandíbula apoyada en el suelo, colocándosele entonces el casco y se comenzaba a girar la manivela, provocándole la ruptura de los dientes, el quebranto de la mandíbula y de los huesos del cráneo, antes de estrujar su cerebro. El mecanismo por tanto, actuaba como una prensa.




Método de la Doncella de Hierro: Sarcófago provisto de estacas metálicas muy afiladas en su interior, de forma que, a medida que se iba cerrando, se clavaban en la carne del cuerpo del reo que se encontraba dentro, provocándole una muerte lenta y agónica.



Método de la sierra: Se colgaba boca abajo al reo para que el cerebro estuviera bien regado y no muriera desangrado antes de lo previsto. El torturador comenzaba a serrar desde el ano y los genitales hacia el pecho. El acero de dientes agudos de la sierra cortaba fácilmente el cuerpo de la víctima provocándole un gran dolor, si bien el reo no comenzaba a perder el sentido hasta que se había llegado por lo menos al ombligo. Era sanguinolento y muy cruel y fue aplicado fundamentalmente contra homosexuales, de ahí que la tortura comenzara por el ano y los genitales, objetos fruto del pecado.




Método de la jaula colgante: Armazón metálico que quedaba suspendido en el aire por un cable. Formaban parte del mobiliario urbano de los ayuntamientos, palacios y cortes de justicia de las ciudades europeas, hasta que poco a poco a finales del siglo XVIII decayó su uso. Era el lugar de honor de aquellos que hubieran cometido alguna acción, que tuviera que servir de escarmiento, burla y ejemplo para el resto del pueblo; o a veces, cuando el pueblo requería justicia sobre algún hecho que hubiera conmovido a toda la comunidad, la manera de manifestar que la autoridad se encargaba de impartirla. El caso es que la víctima, semidesnuda, que quedaba condenada a morir de inanición, tenía que soportar las inclemencias del tiempo. En ocasiones, tenía también que compartir su jaula con gatos salvajes y otros animales que eran azuzados por los torturadores; otras veces, eran las gentes del pueblo los que, entre otras cosas, lo apedreaban.



Método de la pera: Instrumento con forma de pera que una vez introducido en boca, vagina o ano, comenzaba a abrirse gracias a un mecanismo giratorio. Además, en sus puntas gozaba de unos pinchos o púas que desgarraban la traquea, útero o el recto, dependiendo por la zona en la que fuera introducido. La modalidad oral de este invento, era aplicada a las personas que habían obrado mal de palabra, es decir, herejes, ortodoxos...; la anal, como no, a los homosexuales; y por supuesto la vaginal a las brujas que habían mantenido relaciones sexuales con el diablo, prostitutas, adúlteras o mujeres que habían mantenido relaciones incestuosas.




Método de las Garras de Gato: Especie de rastrillo de puntas afiladas que arrancaba la carne a tiras de las víctimas desnudas, que colgaban por sus muñecas suspendidas en el aire. En ocasiones, dependiendo de la destreza del torturador se llegaba incluso a separar la carne de los huesos.



Método de la crucifixión: la más conocida consiste en fijar o clavar al reo en una cruz. Generalmente la víctima moría por inanición, aunque sufría las inclemencias del tiempo al encontrarse a la intemperie, además de estar expuesto a los escarnios del pueblo, que ocasionalmente podía apedrearlo.

La picota en tonel: Era una especie de vergüenza pública que se aplicaba sobre todo a los borrachos. Había dos clases de "picotas en tonel": las que tenían el fondo cerrado, en las que la víctima se colocaba dentro, con orines y estiércol o simplemente con agua podrida, y las abiertas para que las víctimas caminaran por las calles de la ciudad con ellas a cuestas, lo que les producía un gran dolor debido a su gran peso. Entre los instrumentos de escarnio pública también hay que destacar los collares para vagos y maleantes. Consistían en pesadas "botellas" de madera o piedra, o gruesas "monedas" de hierro que se colgaban al cuello de los borrachos las primeras y de mercaderes deshonestos las segundas.


-El aplastapulgares: Simple y muy eficaz, el aplastamiento de los nudillos, falanges y uñas es una de las torturas más antiguas. Los resultados, en términos de dolor infringido con relación al esfuerzo realizado y al tiempo consumido, son altamente "satisfactorios". Éste era uno de los muchos instrumentos utilizados en lo que se conoce como "las preguntas dolorosas", que consistían en la extracción de confesiones por medio de torturas descritas e ilustradas con precisión científica, hasta los mínimos detalles: el grosor de cuerdas, el número de eslabones de las cadenas, la longitud de clavos y tornillos, los grados de mutilación permanentes permitidos para diferentes grados de acusaciones, etc.




Bibliografía

o Wikipedia
o taringa
o artigoo

Enlace sobre más metodos de tortura http://www.taringa.net/posts/info/849793/Inquisición-y-Tortura.html

Caballeria y Catillos

ORIGEN DE LOS CASTILLOS

Término procedente de la palabra latina castellum, que significa ´fuerte´, el cual a su vez es un diminutivo del vocablo latino castra que designaba al ´campamento militar fortificado´. El castillo es un lugar fuerte, cercado de murallas, baluartes y fosos, construido casi siempre en un lugar dominante, para la defensa de pueblos o comarcas, o simplemente del señor que vivía en él. En otras ocasiones, los castillos también se edificaban dentro de los núcleos urbanos, dominando así, desde su parte alta, la villa, la cual solía estar también amurallada, formando todo un conjunto defensivo, donde sobresalía el castillo.


El castillo medieval fue producto de una evolución constante a partir de unos elementos esenciales, que eran la torre y la muralla. En un primer momento, solía construirse una simple torre rodeada por un cerca defensiva construida a base de empalizadas.
El foso se hizo más general en la construcción de los nuevos castillos, podía ser natural o artificial, y sólo podía atravesarse con un puente levadizo. La torre principal, llamada torre del homenaje, era la residencia señorial y el símbolo del poder del castillo, a la vez que también era el reducto más fortificado y difícil de conquistar en un presumible ataque del enemigo. A la muralla se le adosaron torres que aseguraban una defensa más efectiva del castillo y posibilitaba una gran capacidad de tiro a sus defensores. Los diferentes accesos al castillo solían estar flanqueados de peines y torreones, con portales cerrados con rastrillos. Sobre la muralla, coronada de almenas, barbacanas y matacanes, corría el adarve, que era un pasillo por el que podían circular los defensores y dominar todo el perímetro externo de la muralla. Frecuentemente hubo también un paso subterráneo que daba salida al campo y que se usaba para las ocasiones más extremas de un asedio.



Los castillos fueron auténticas fortalezas invencibles. Pero a partir del siglo XIII, la fisonomía de estos castillos empezó a variar gracias a la mejora en el armamento ofensivo empleado para los ataques, concretamente las armas de fuego. Con la aparición de la artillería militar se podían abrir brechas importantes en las débiles murallas de los castillos. Además, dentro de la nobleza se produjo un afán por conseguir una vida más cómoda y suntuosa, por lo que se concedió más importancia a las partes residenciales del castillo. Como consecuencia éste se convirtió en castillo-palacio y perdió su primigenia función defensiva y militar. A partir del siglo XVI, el declive del castillo ya era evidente, quedó sustituido por el "fuerte" moderno.

Castillos de Buckingham, Windsor y Neuschwanstein.



En la península hispana, gracias a los siglos de permanente presencia islámica, se impusieron los términos de alcazaba, alcázar y zuda para referirse a estas fortalezas. La primera era utilizada para referirse a la gran fortaleza endosada en la parte más alta de una ciudad. El segundo vocablo se refería al palacio principesco, mientras que la zuda era una alcazaba urbana.
Los castillos de la Marca Hispánica, y sobre todo los pirenaicos, respondían a la tipología francesa. La Corona de Aragón construyó castillos en Sicilia, Apulia, Chipre e incluso Grecia. Pero fue en la Corona de Castilla (de la gran profusión de castillos le viene el nombre), donde se levantaron los castillos más grandiosos y de mayor valor artístico, sobre todo por la decoración de sus interiores a cargo de artistas mudéjares: Coca, la Mota, alcázar de Segovia, etc.

En cuanto a los musulmanes dejaron como ejemplo supremo de su maestría y refinamiento, todo un sorprendente conjunto de patios, salas, jardines y fuentes que se extendieron por los muros interiores de sus alcázares y alcazabas.
Castillo de Alhambra


CABALLEROS


El caballero era un guerrero a caballo de la Europa medieval que servía al rey o a otro señor feudal como contrapartida habitual por la tenencia de una parcela de tierra, aunque también por dinero o como tropa mercenaria. El caballero era por lo general un hombre de noble cuna que, habiendo servido como paje y escudero, era luego ceremonialmente ascendido por sus superiores al rango de caballero. Durante la ceremonia el aspirante solía prestar juramento de ser valiente, leal y cortés, así como proteger a los indefensos.


Ideales:
• Valor: Los caballeros deben soportar sacrificios personales para servir los ideales y a las personas necesitadas. Esto implica el elegir mantener verdad a toda costa.
• Humildad: Los caballeros humildes eran los primeros en decir a las otras personas cuando llevaban a cabo hechos de gran heroicidad, dándoles el honor que merecen de sus buenos hechos y dejando a otros que los feliciten por sus propios hechos y estos los ofrece a Dios.
• Justicia: Para los caballeros era muy importante buscar la verdad sobre todo, los caballeros no buscaban su beneficio personal.
• Generosidad: Para contradecir la debilidad de la avaricia, los caballeros eran tan abundantes como sus recursos permitirían. Un caballero generoso puede recorrer mejor la línea entre la misericordia y la justicia fría.
• Templanza: El caballero debía estar acostumbrado a comer y beber con moderación. Además el caballero debe ser moderado con sus riquezas, esto no significaba abstenerse de ellas sino, no utilizarlas vanamente. Sin templanza no se podía mantener el honor de la caballería. El caballero debía contenerse de sus apetitos sexuales.
• Lealtad: Los buenos caballeros juraban defender fervientemente sus ideales, a la Iglesia y a sus señores, ellos darían su vida por defenderlos.
• Nobleza: La nobleza es el principio de la cortesía. Y los caballeros debían así ser corteses, honrados, estimables, generosos e ilustres equitativos a todos mientras que desarrollaron y mantuvieran un carácter noble con los ideales de la caballería. Un caballero es por siempre un ejemplo a seguir.
Mandamientos:
Los caballeros también poseían mandamientos inquebrantables:
1. Creer en todo lo que la iglesia enseñe y observar todos sus mandamientos.
2. Proteger a la iglesia.
3. Tendrás respeto por sus debilidades, las defenderás.
4. Amaras el país en que naciste
5. No retrocederás ante el enemigo
6. Harás a los infieles una guerra sin cuarteles.
7. Cumplirás tus deberes feudales si no contradice la ley de Dios.
8. No mentiras y serás fiel a tu palabra.
9. Serás generoso.
10. Mantendrás el bien frente a la injusticia y el mal.

Épocas de la caballería:
Heroica:Esta fue la época de máxima expresión, la cristiandad era el fin y objeto del hombre. Se produjo en los siglos XII y principios del XIII. La caballería se caracterizaba por ser viril, austera y conquistadora.
Galante:Se produjo en los siglos a fines del XIII. Comienza a declinar la caballería. El caballero cambia la guerra por las pasiones amorosas con las mujeres.
Decadencia:Las guerras santas pierden el sentido y la paz los hace sedentarios y de dedican al ocio, además se abre la inscripción a la caballería a todos los jóvenes, dignos o no, pero principalmente el espíritu religioso ya no poseía su alma.

ARMADURAS
Del caballero:



• El casco y semejantes, para proteger la parte superior de la cabeza, algunas veces el casco llevaba visera para cubrir el rostro.
• La babera o barbote para la protección de la boca, barbilla, y mandíbulas.
• El gorgal o gorguera en la parte alta del pecho, incluyendo la garganta y la espalda.
• La cubrenuca para cubrir la zona que va del cuello a los hombros.
• EL yelmo que es un casco pero cerrado, estaba formado por: la cimera (para decorar, situada en la zona más alta), la celada( para resguardar la cabeza), y el collar (adorno, toda la circunferencia inferior del yelmo) Solía ser la pieza más cara, ya que era la encargada de proteger una de las zonas más importantes: el cerebro.
• El alpartaz de malla, que cubría el cuello pero dejándole movilidad.
• El ristre, era el hierro del peto de la armadura que servía para afianzar la lanza.
• El peto para cubrir el pecho.
• El espaldar para cubrir la espalda.
• El volante o falda por la cintura y caderas.
• Los escarcelones que protegían las articulaciones hasta las rodillas.
• El guardarrenes servían para proteger la región lumbar.
• La pancera para el vientre y estómago, hecha de malla.
• La bragadura, para proteger la zona de la entrepierna.
• La culera, para los glúteos, también fabricada de malla.
• Las hombreras, que cubrían los omóplatos.
• Los guardabrazos, para proteger la parte superior del brazo.
• Las sobaqueras, para resguardar la parte delantera y trasera de las axilas.
• Los codales, para cubrir el codo.
• Los brazales, pata cubrir el brazo y el antebrazo.
• Las manoplas, lúas, guanteles, manteles o mandiletes, con piezas móviles para cada dedo, que protegían las manos, y las muñecas.
• Las bufas, para proteger la zona de la clavícula.
• Las musleras, para la protección de los muslos.
• Las rodilleras, protegiendo las rodillas.
• Las grebas y grebones para la zona baja de las piernas y las pantorrillas.
• Escarpes o escarpines, que tenían el fin de resguardar el empeine, también se usaban zapatos herrados para proteger los pies.
• La tarja o tarjeta, era un escudo que iba en la zona superior izquierda del peto, con el emblema del caballero.


Del caballo:


• La testera, para resguardar la cabeza del caballo.
• La capizana, para la protección del cuello.
• La pechera o petral, para resguardar la parte del pecho, en esta pieza se solía poner el emblema heráldico.
• Las flanqueras, para resguardar la zona de los costados.
• Las bardas o gruperas, para proteger la grupa o parte trasera del caballo.
• El arzón, que es la parte que se une a la silla de montar, aunque su función consistía en evitar que el caballero tuviera golpes por lanza en la zona genital.

BIBLIOGRAFÍA
http://antropos.galeon.com/html/caballero.htm
http://www.aceros-de-hispania.com/armaduras-medievales.htm
http://www.nocturnabsas.com.ar/forum/historia/232722-origen-de-castillos.html

Método escolastico


Esta concepción de la lógica como método de la filosofía es heredada de Aristóteles por los filósofos de la Edad Media; los cuales la aplican con un rigor extraordinario.

Aristoteles


El método escolastico como método de enseñanza constaba de: LECTIO, QUAESTIO y DISPUTATIO

LECTIO consistia en crear comentarios de textos de autoridad, en tres niveles de profundidad hermenéutica (litera, sensus, sentencia). Enseñar era leer en su sentido más técnico. Sobre todo la Biblia. Se amplió a otros textos, primero religiosos, y luego profanos.

Cuando había dificultades de comprensión se confrontaban las posibles sentencias o interpretaciones. Nace así la QUAESTIO. Fue Pedro Abelardo quien lo utilizó por primera vez al comparar las sentencias de los Padres en el Sic et Non. “Del desacuerdo que parece haber entre algunas (de las sentencias distintas de los Santos Padres) se produce la cuestión”.

La elaboración de los distintos pasos en que se articulaban las quaestiones dio lugar a la DISPUTATIO, en la que se consolida en el método dialéctico. Se independizaron de las lectio. Las había ordinarias (frecuentes y sobre textos), y solemnes, en épocas señaladas del año, dos o tres veces a lo largo del curso, y en presencia de todos los maestros y alumnos de la Universidad, y que versaban sobre cualquier cosa (quodlibet, de quolibet). De ahí las quaestiones disputatae y las quaestiones quodlibetales.

El método que siguen los filósofos de la Edad Media no es solamente, como en Aristóteles, la deducción, la intuición racional, sino que además es la contraposición de opiniones divergentes. Santo Tomás, cuando examina una cuestión, no solamente deduce de principios generales los principios particulares aplicables a la cuestión, sino que además pone en columnas separadas las opiniones de los distintos filósofos, que son unas en pro y otras en contra; las pone frente a frente, las critica unas con otras, extrae de ellas lo que puede haber de verdadero y lo que puede haber de falso. Son como dos ejércitos en batalla; son realmente una reviviscencia de la dialéctica platónica.

Santo Tomás

Y entonces el resultado de esta complementación con el ejercicio de la educación y de la prueba, da lugar a las conclusiones firmes del pensamiento filosófico.


Si resumimos lo esencial en el método filosófico que arranca de Sócrates, pasando por Platón y Aristóteles, llega hasta toda la Edad Media en la Escolástica, nos encontramos con que lo más importante de este método es su segunda parte. No la intuición primaria de que se parte, de que se arranca, sino la discusión dialéctica con que la intuición ha de ser confirmada o negada.

Lo importante, pues, en este método de los filósofos anteriores al Renacimiento, consiste principalmente en el ejercicio racional, discursivo; en la dialéctica, en el discurso, en la contraposición de opiniones; en la discusión de los filósofos entre sí o del filósofo consigo mismo.


BIBLIOGRAFÍA
http://www.slideshare.net/denobisipsis/surgimiento-de-las-universidades
http://www.mailxmail.com/curso-filosofia-historia-pensamiento/metodo-escolastico-metodo-descartes
http://perso.wanadoo.es/aniorte_nic/apunt_teoria_metod4_2.htm